Me parece que el traducir de una lengua a otra es como quien mira los tapices flamencos por el revés, que aunque se ven las figuras, están llenas de hilos que las oscurecen, y no se ven con la lisura y tez del haz; y el traducir de lenguas fáciles, ni arguye ingenio ni elocución, como no le arguye el que traslada ni el que copia un papel de otro papel––dijo don Quijote.
Y aún así le dije a Enrique Fierro, simpatizante de los rinocerontes––Tomemos prestada la pelota de ping-pong de nuestros amigos Lorenzo y Margarita, y aquí escribámonos y traduzcámonos el uno al otro. Pero, tejamos reversos, traducciones traidoras, como falsos amigos, des faux amis que se miran, pero no se reconocen.

Friday, May 20, 2016

Yo ya no sé qué más decir aquí. Enrique pronto se nos irá. Duerme. Está rodeado de mucha gente que lo quiere.

5 comments:

  1. Cuando se despierte por favor dile que LO ADORO y siempre LO ADORARÉ. Lo llevo en el espíritu y en el corazón.

    ReplyDelete
  2. LA TU VOZ QUE TE ES

    Para Erique, con él


    La gracia del no saber canta
    la tu voz que te es oye
    la que amanece siempre ahora
    la tu voz en que es ella
    a la orilla de ti mira.





    (De Cordelia, Victoria y Alfonso, en Barcelona, mayo de 2016)

    ReplyDelete
  3. Leyendo a Enrique esta mañana aquí en Barcelona, tan de él y de Ida, ha venido este poema. Si es posible, léanselo, por favor con todo nuestro cariño.

    Cordelia, Victoria y Alfonso.

    ReplyDelete
  4. el guiño de luz tu mirada
    tu voz
    a lo lejos
    la risa que es voz que acaricia
    la luz o la voz a la orilla
    con risas, guiños y ecos
    de luz y más luz
    te me escapas

    ReplyDelete
  5. Sean: muchas gracias por este blog. Lo he seguido con dolor y tristeza. Somos muchísimos los que hemos sido tocados por la inteligencia, generosidad y simpatía de nuestro querido Enrique. Yo fui su estudiante en la ENEP Acatlán, UNAM, a finales de la década de los setenta y luego en Austin (coincidimos) la primera vez que fue (de profesor visitante) en 1984. A pesar de vernos muy poco, siempre ha sido para mí una de las personas más queridas de mi vida. Abrazos fraternales y cariñosos y todo mi amor al queridísimo Fierro.
    Jacobo Sefamí, desde Irvine, California

    ReplyDelete