Muchas visitas hoy. Tantos protagonistas de tantas historias que llevo años escuchando repetidas veces de Enrique se empiezan a materializar. Tantos que él mismo tuvo que imponer un límite de una a la vez en la habitación. Tantos que pidió un acuerdo con la enfermera para recibir una hora sin interrupción ni de enfermeras, ni de amigos, ni de familia.
A pesar de tanto amor, tuvo un día difícil. En la mañana el médico declaró que lo más importante ahora era comer y que Enrique tenía permiso de comer de todo. Desafortunadamente sigue sufriendo de náuseas y no ha podido digerir más que agua. Está muy cansado, pero la náusea lo deja aún más agotado además de intimidarlo al momento de probar más comida. La bilirrubina se quedó al mismo nivel que ayer.
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