Me parece que el traducir de una lengua a otra es como quien mira los tapices flamencos por el revés, que aunque se ven las figuras, están llenas de hilos que las oscurecen, y no se ven con la lisura y tez del haz; y el traducir de lenguas fáciles, ni arguye ingenio ni elocución, como no le arguye el que traslada ni el que copia un papel de otro papel––dijo don Quijote.
Y aún así le dije a Enrique Fierro, simpatizante de los rinocerontes––Tomemos prestada la pelota de ping-pong de nuestros amigos Lorenzo y Margarita, y aquí escribámonos y traduzcámonos el uno al otro. Pero, tejamos reversos, traducciones traidoras, como falsos amigos, des faux amis que se miran, pero no se reconocen.

Tuesday, November 30, 2010

When I write for me, I flee from me. But now and then, when I care to feel daedelic, me, I plume.

A knight, in one of my dreams, spoke with Nancy and told her things about the Gualeguay and about a ballet where I sometimes assist. What might he have told her? What might he have told me?

Through those shady gates of the computer in front of which I write races a dog. Where's he headed? Is he, by chance, someone's dog that lives in my head and who Rodin was always telling to sit? What has become of Rodin?

Monday, November 29, 2010

Cuando escribo para mí me eludo. Pero a veces, cuando me atrevo a sentirme alado, me aludo.

Anoche, en uno de mis sueños, hablé con Nancy y le conté cosas de Juanele y de un ballet al que a veces asisto. ¿Qué le habré dicho? ¿Qué me habrá dicho ella?

Por la pantalla de la computadora en que escribo pasa un perro. ¿Adónde irá? ¿Será, acaso, el perro de alguien que vive en mi cabeza y del que Broglia siempre se acuerda? ¿Qué será de Broglia?